Desde hace ya décadas, y cada vez con más fuerza, es una constante en los medios de comunicación la preocupación sobre como maltratamos el planeta.

A finales del siglo XIX, tanto Europa como EE.UU. eran conscientes del valor de la naturaleza, de la importancia de los árboles en el ecosistema global. Surgió un «movimiento» para inculcar a la población, sobre todo a los niños y niñas, que se podía y debía hacer algo.

En España, la Monarquía y el Ministerio de Agricultura fueron totalmente partidarios y elevaron a la categoría de institución oficial regida por disposiciones especiales, la llamada Fiesta del Árbol.

*Procurar por todos los medios la repoblación del arbolado.

*Solicitar al Gobierno la plantación de árboles en las márgenes de los ríos, en los casos urbanos y en las orillas de las carreteras.

*Establecimiento de viveros.

*Trabajar en divulgar y promover la costumbre de celebrar la fiesta del árbol.

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En Montejo, concretamente la primera fiesta organizada fue el lunes 5 de abril de 1915. Dicha efeméride queda recogida y publicada en el Diario de Avisos (Segovia).